miércoles, 26 de diciembre de 2012

Casa Martirial






El Camino de Santiago lleva los romeros a una meta final bien precisa: la tumba del Apóstol.
Los obispos católicos de todo el mundo acuden periódicamente a Roma para visitar al Papa y los Dicasterio o Congregaciones de la Santa Sede. Esta “peregrinación” se llama “Visita ad límina Apostolorum”, es decir, tienen que visitar las tumbas de S. Pedro y S. Pablo.

La peregrinación por antonomasia es la de Tierra Santa y entre todos los Santos Lugares de la tierra de Jesús, el más importante es, sin lugar a duda, el Santo Sepulcro, aunque esté vacío.

Para iniciar una causa de de un candidato a la canonización, lo primero que se exige es que goce de “fama de santidad”, y uno de los signos que la avalan es la visita a la tumba de esa persona.


Por eso, cuando se inició la Causa de los Mártires Oblatos, surgió espontáneo un interrogante: Sabemos más o menos dónde yacen sus restos; pero no se han podido identificar sus tumbas. ¿Qué meta proponer a los “peregrinos” que busquen un lugar para venerarlos? Lo más indicado parecía ser la casa donde vivieron, y que fue la primera estación de su Calvario, su primera prisión. De ahí arrancó la idea de la “Casa Martirial”.

Efectivamente, esa casa es el mejor medio para fomentar y mantener la “memoria viva” de los nuevos Beatos. Debiera ser un centro de irradiación espiritual y un foco de evangelización, por aquello de que sangre de mártires, semilla de cristianos.

Visítala y revive el relato martirial in situ. Se halla en la avenida Juan Pablo II (antes Generalísimo), número 45, esquina calle Mártires Oblatos, en Pozuelo-Estación, Madrid. 
Si quieres pedir cita: Tel. 91.352 34 16.



Para conocer previamente la historia de esa casa, pinchar aquí: Casa Martirial.







jueves, 20 de diciembre de 2012

El mejor testigo


Felipe Díez Rodríguez
1917 - 2000


El P. Felipe Díez nació el 26 de mayo de 1917 en Crémenes, un pueblo encantador de la Montaña de León. Siendo aún adolescente, ingresó en el juniorado o seminario menor de los Misioneros Oblatos en Urnieta, Guipúzcoa, de donde pasó al noviciado de Las Arenas, Vizcaya, en 1933. Allí hizo su primera oblación el 16 de julio de 1934 y acto seguido pasa al escolasticado o seminario mayor de Pozuelo, como él mismo nos cuenta (ver arriba, en este mismo Blog 3ª vivencia).

Comienza así su decidido itinerario hacia la oblación perpetua y la ordenación sacerdotal; pero los dolorosos eventos de la persecución religiosa y de la guerra civil le bloquean inesperadamente el camino, que sólo podrá reanudar una vez terminada la guerra. En 1941 hará su oblación de por vida y, siempre en Pozuelo, en 1943 será ordenado sacerdote y estará listo para irse a misiones. Recibe la primera “obediencia” para misionar en Argentina, que se convertirá  en su segunda y muy querida patria. El Señor lo llama para la vida que no acaba el 27 de junio del 2000. Por fin se le brindará la oportunidad de reencontrarse con sus antiguos compañeros de comunidad, los cuales, aunque todavía no habían sido  beatificados en la tierra, ya lucían la aureola del martirio en el Cielo.

El P. Felipe hombre amable y jovial, que quería a la gente y se hacía querer, pudo, providencialmente, sobrevivir para ser “testigo de oficio” (es decir, requerido por el Tribunal) y quizá el más valioso, en la Causa de Canonización de sus compañeros, en la fase diocesana del proceso. Su testimonio fue sin duda el más contundente, no sólo por ser testigo “de viso”, sino también porque disipó ciertos interrogantes que podían impedir el proceso normal de la Causa. Uno de esos obdtáculos era que al Juez del Tribunal diocesano no le parecían insuficientes las razones que otros testigos habían dado sobre el porqué los Formadores no habían puesto a salvo a esos jóvenes Oblatos, enviándolos a sus respectivas familias. No bastaba el hecho de permanecer "unidos en la comunidad", por muy plausible que fuera esta razón. 

El P. Felipe daría otra clave más convincente: esperaban al P. Superior, que estaba en Bilbao dando los ejercicios a los novicios, y regresó a Madrid en el último tren que pudo entrar. A partir de ese día, la Capital de España quedaba blindada y ya no había posibilidades de entrar o salir.

Gracias, P. Felipe, y que puedas gozar para siempre y ya sin sobresaltos en la gloria con tus hermanos Mártires, aunque te hayas quedado sin la aureola de mártir y tengas que conformarte con la de “confesor”, como te dijo con chispa aquel Obispo amigo tuyo.

Su relato martirial se puede leer pinchando aquí:  3ª vivencia.




miércoles, 19 de diciembre de 2012

2ª vivencia

El P. Delfin Monje relata vivamente los hechos acaecidos en Pozuelo, vividos por él mismo. Detalla pormenores que nos hacen revivir las penalidades y angustias que vivieron nuestros Mártires. El que esto escribe puede dar testimonio de lo que le oyó decir en 1954, cuando lo acosamos apreguntas sobre lo visto y vivido por él. Se resistía a hablar; pero al fin dijo: "¡Qué lástima no haber muerto entonces! Nunca estaré tan bien preparado..." 



En la foto, el P. Monje con Mons. Guyomar OMI,  y  un grupo de Oblatos.


Delfín Monje Cuevas OMI

1988-1964

Nació en Besande (León) el 24 de Diciembre de 1898. Hizo el juniorado en Urnieta y el noviciado en San Pedro de Aosta (Italia). Su primera oblación fue en 1916. Recibió el sacerdocio en 1922 y fue destinado al juniorado de Urnieta como profesor de literatura y de historia. En este tiempo tradujo al español el libro "En los hielos polares", que después de muchas dificultades económicas salió de imprenta en 1931.

El 30 de diciembre de 1929 entra a formar parte de la primera comunidad del Escolasticado de Pozuelo como profesor de moral y ecónomo de la casa.


Fue el P. Monje un religioso responsable, cercano, bondadoso, buen profesor que dominaba la asignatura y la impartía de forma viva, con su voz clara y persuasiva, con el gesto de sus manos juguetonas, con sus ojos vivarachos y penetrantes. Nunca se sentaba. Sus clases eran amenas y no dejaban tiempo para el aburrimiento.



En Julio de 1936, al producirse el asalto del Escolasticado por las milicias rojas, el P. Monje, como todos los demás oblatos, fue arrestado y encarcelado y pasó toda clase de peripecias que él recogió en el fascículo "EL CALVARIO DEL ESCOLASTICADO DE POZUELO".



El 27 de noviembre de 1936 fue sacado de la cárcel con otros 60  presos, metido en un camión y atado al brazo del entontes escolástico Juan José Cincunegui. En Paracuellos pararon el camión. Iban a fusilarlos a todos. Impidió la ejecución un capitán de caballería que apareció providencialmente y dio orden de llevar a los presos a la cárcel militar de Alcalá de Henares. En ella soportó el P. Monje hambre y miedo hasta que la embajada francesa lo sacó a Francia.



El horror de las cárceles y la ejecuciones cambiaron el ánimo del P. Monje. Perdió alegría y amenidad y no se sintió con fuerzas para reanudar las clases en Pozuelo. Su valía era reconocida y en 1939 fue elegido para ser el primer Director de la nueva fundación de la Parroquia de Cristo Rey en Málaga.



En 1945 fue nombrado primer director de la Casa de Misioneros en Cuenca. Sufría de bronquios y de asma y las misiones le agotaban.

Regresó a Madrid en 1948. Tuvo una estancia de dos años en el juniorado de Las Arenas y volvió a la comunidad de Diego de León.   Falleció el 28 de Febrero de 1964.


Para conocer de primera mano el testimonio del P. Monje, pinchar aquí: 2ª Vivencia




martes, 18 de diciembre de 2012

1ª vivencia


Disponemos de algunos relatos vivenciales de Oblatos supervivientes de la masacre que vale la pena dar a conocer. Estos testimonios de primerísima mano, vividos en la propia carne, nos ayudan a entrever lo que vivieron y sufrieron nuestros Mártires. Comenzamos con un escrito del P. Porfirio. ¿Quién era este hombre? Aquí tenemos una breve semblanza escrita por su hermano, también Oblato, el P. Pablo Fernández.



De izquierda a derecha:

De pie: Aquilino Mendoza, el Beato Serviliano Riaño.
Sentados: Isaac Vega, Porfirio Fernández, Fortunato Herrero, el Beato Justo González

Porfirio Fernández Fernández

1915-1993


Nació en el Caserío de Lomas, término de Robledo de la Guzpeña (León) el 26 de Febrero de 1915. Hizo humanidades en Urnieta y el Noviciado en Las Arenas. Continuó los estudios teológicos en Pozuelo.

En 1936 un tribunal comunista le condenó a cinco años de trabajos forzados en Albatera (Alicante) donde soportó hambre y amenazas de fusilamiento durante los tres años de la guerra.

Reanudó los estudios en Pozuelo y fue ordenado sacerdote el 1 de Julio de 1941.

Recibió obediencia para Argentina y embarcó en Bilbao con el P. Mediavilla, el 17 de Abril de 1943. Debido a las detenciones y registros a causa de la guerra europea, llegó al puerto de Buenos Aires el 19 de Mayo de ese año.

Los 10 primeros años de estancia se dedicó a las misiones populares que fueron su pasión. Más tarde se le destinó a obras parroquiales en Montevideo, Cruz de Piedra, Villa Unión, Buenos Aires y Córdoba, sin abandonar totalmente las misiones.
Tuvo el don de amar a cuantas personas y paisajes conoció.

Estando en Villa Unión, el 9 de Enero de 1966 tuvo un infarto que le obligó a reducir la actividad porque le repitió varias veces. Fue un Oblato de fe recia, piadoso, austero, abnegado, muy fiel y cumplidor, observador y muy sensible.

El calvario que soportó en la guerra lo volvió algo caviloso y desengañado. Pasó los últimos años en La Candelaria (Córdoba) entregado, sobre todo a la celebración eucarística, que fue el amor de su vida y al ministerio de la reconciliación.

Al final de sus días tenía que concelebrar sentado en una silla. Un día tuvo un mareo y le dijo el P. Germán: "Ya ve usted que no está en condiciones de hacer este esfuerzo". Y contestó, muy a su estilo, con estas palabras: "Mira Germán, yo tengo cuatro cosas muy claras en mi vida y una de ellas es que voy a celebrar Misa mientras pueda".

Muy querido de la gente (una familia quiso que fuera enterrado en su panteón), fue al encuentro del Señor el 18 de Octubre de 1993.

A continuación se puede leer su expresivo testimonio.


Para conocer el testimonio del P. Porfirio, pinchar aquí: 1ª vivencia








lunes, 10 de diciembre de 2012

¿Qué será de esta casa ahora sin...?



Pasada la solemnidad de la Inmaculada, se han llevado de la capilla de la casa general la “Virgen de la Sonrisa”, la talla de la Inmaculada que san Eugenio había entronizado en la iglesia de la misión de Aix el 15 de agosto de  1822. Desde primeros del siglo pasado y gracias a la astucia de un oblato español, el P. Arturo Clavé (*Madrid 1854, +París 1928) esta venerada imagen se salvó de la confiscación del Gobierno francés y llegó a Roma. Va a ser restaurada en los talleres “Domus Dei” de las Pías Discípulas del Divino Maestro (Sociedad de S. Pablo).


Esta mañana, al bajarla de su hornacina, me vino a la memoria la frase del beato Vicente Blanco cuando, prisioneros en su propia casa, se les permitió subir a la capilla y aprovecharon para comulgar y consumir todas las Hostias del sagrario, y evitar así posibles sacrilegios. El Santo Padre Blanco, debido a la conmoción, no pudo terminar de distribuir la sagrada Comunión y tuvo que reemplazarle el P. Monje. De vuelta a la sacristía, sollozaba diciendo: ¿Qué será de esta casa, ahora sobre todo, que no tenemos al Señor con nosotros?”  

Gracias a Dios, Jesús Eucaristía seguirá presente en nuestra casa y la sagrada imagen de su Madre regresará pronto.


sábado, 8 de diciembre de 2012

Oblación suprema




El P. José Antonio Antón Pacho pasó recientemente por la casa general de los Oblatos, en Roma, y visitó la pequeña capilla llamada del Fundador, donde se venera la reliquia de su corazón. Un corazón grande como el mundo, dijo de él un obispo contemporáneo suyo a a raíz de una con él. Esa visita le impresionó al P. Pacho y le inspiró el escrito que a continuación publicamos.  El autor quiere ver ese corazón de “varón apostólico” latiendo en el pecho de cada Oblato. ¡Ojalá fuera sí! Lo fue ciertamente para cada uno de nuestros Mártires: tras estudiar sus biografías y los testimonios que tenemos, doy fe de ello.
La frase entrecomillada y en azul está sacada del folleto OBLACIÓN Y MARTIRIO, para orar seis días con nuestros Mártires de la mano de san Eugenio, que se publicó en varias lenguas, incluido el vietnamita, en 2011.

Cuando preparaba mi tercer día deL Triduo a Los Beatos Mártires Oblatos, 28 de Noviembre, abrí el ordenador, y escribí la frase que iba a ser el arranque de la homilía: "Cada Oblato esté dispuesto a dar la vida. Y si se da con derramamiento de sangre, tenemos una oblación suprema". (San Eugenio).
Aparqué mi canto a los mártires, y contemplando esta foto, me brotaron estos sentimientos que comparto con vosotros:

martes, 4 de diciembre de 2012

Por intercesión de los Mártires...


En la ventana anterior (aquí debajo) se nos pide el nº de cuenta para ingresar un donativo. Agradecemos el detalle, porque no han sido pocos los gastos acarreados por la Beatificación y, ahora, los sigue habiendo para mantener la “memoria viva” de los nuevos Beatos.  Agradecemos de corazón el detalle de esa sobrina del Bº Cándido Castán, así como otro donativo de otra persona de Madrid, “por gracia recibida”.  Ésta última escribe: “Habiendo leído la biografía del mártir Juan José Caballero y demás mártires me encomendé a él en especial y a los demás mártires también, para pedirles que un hijo mío, funcionario del Estado, al cambiar de trabajo fuera de donde vive, estuviera lo más cerca posible de mi residencia actual. Estoy contenta, porque así ha sido, después de pasar muchos miedos. Agradecida envío X € para la causa de Canonización. Mª L. P.”  ¡Que Dios se lo pague con creces!
Si se obtienen favores o gracias por intercesión de nuestros Mártires, agradeceríamos que nos lo comunicasen  (a la Postulación General / C.P. 9061 / 00100 Roma –Aurelio / Italia.  O bien por  internet: 
martínez@omigen.org), para darlos a conocer y fomentar así la devoción. Serán publicados en el Boletín MARTIRES OBLATOS.

Ofrenda de la viuda... (Ver Lc. 1, 1-4)
En cuanto a la c/c  para los donativos: dirigirlos al:  Ecónomo provincial OMI, Avenida Juan Pablo II nº 45, 28224 Pozuelo de Alarcón (Madrid).  
O bien por trasferencia:  IBAN  ES73  0182 1722  1102  0150  1898 (Titular: "Congregación de Misioneros Oblatos", Diego de León 36 bis, 28006 Madrid).
Para fuera de Europa, Código BIC  BBVAESMMXXX  IBAN  ES73  0182 1722  1102  0150  1898.

En cualquier modalidad, indicar siempre: “Para la Postulación”¡Muchas gracias!

lunes, 3 de diciembre de 2012

Beato Cándido Castán y Compañeros, Mártires



Desde  Benicarló, Castellón, nos ha llegado este mensaje de un nieto del Beato Cándido Castán:

P. Joaquín:

Le adjunto fotos de la Eucaristía celebrada en la Parroquia de San Bartolomé de Benicarló el pasado 28 de noviembre con ocasión de la 1ª Fiesta Litúrgica de los Beatos Mártires Oblatos y de Cándido Castán.

Presidió mi hermano Carlos, concelebrando el párroco D. Carlos García.

Otra cuestión: una prima de mi padre, sobrina del Beato Cándido, nos ha dado un dinero para la Causa de los Beatos en agradecimiento a un favor concedido. ¿A qué cuenta podemos enviarlo? Gracias.

Un cordial saludo de toda la familia.
Cristóbal Castán

sábado, 1 de diciembre de 2012

Reza con los Mártires en tus manos





Los Oblatos de Estados Unidos nos ofrecen otra grata sorpresa: un rosario con la cruz oblata y los rostros de San Eugenio y de todos los  Beatos de nuestra Congregación en sus cuentas. En ellas se ven todas y cada una de las caras de nuestros Mártires. Resulta emotivo rezar a María Inmaculada con este  Rosario Oblato, teniendo a los Mártires entre las manos. Para más información, dirigirse al P. Saturnino Lajo, residente en San Antonio, Texas: lajosatur@aol.com