jueves, 27 de noviembre de 2014

ORAR CON,,, Día 5, 27 Nov.


ORAR CON LOS MÁRTIRES OBLATOS.




Oblación y Martirio
Seis días con los Mártires Oblatos,
de la mano de San Eugenio
       Selección de textos breves para leer y orar con S. Eugenio  y los Mártires Oblatos

Por Joaquín Martínez y Frank Santucci
DIA 5

Oblación vivida a favor de la diócesis de Marsella


En 1832 Eugenio es ordenado obispo y asume una nueva misión en su vida, que duraría 37 años. En 1837 el Papa le propone algo que él no deseaba: hacerse cargo de la diócesis de Marsella. Sin embargo esto se convertiría para él en una nueva oportunidad para vivir su oblación al servicio de la Iglesia, y se entregó a ella por completo. “Debo desvivirme por esta gente como un padre por sus hijos. Mi existencia, mi vida, todo mi ser deben consagrarse a esto, debo pensar sólo en su bien, con el solo temor de no haber hecho bastante por su bien, su santificación, sin más miras que las de buscar todos sus intereses espirituales y, en cierto modo, también los temporales. En una palabra, debo consumarme por ellos, estar dispuesto a sacrificar mi bienestar, mis deseos, el descanso, la vida misma por ellos”. Y a fe que lo hizo. Durante su pontificado, Marsella duplicó la población. El Obispo erigió y construyó más de 40 parroquias. Conocido por su cercanía con la gente, irradió la energía de su oblación acogiendo a diario a “su gente”, en su despacho por la mañana y en las visitas pastorales por la tarde, dando siempre la preferencia a los más pobres y abandonados. Fundó muchas obras religiosas y sociales para responder a las múltiples necesidades tanto espirituales como materiales de sus diocesanos. La diócesis, que había estado por años sin Pastor y a punto de ser suprimida, recobró una vida pujante.

Testimonio de los Mártires
Entre los Mártires hay tres Hermanos Oblatos. Dice un testigo superviviente: "De manera especial quiero destacar el ejemplo de los Hermanos Coadjutores que desempeñaban con alegría las tareas más humildes en la comunidad y eran un estímulo para todos. Concretamente, recuerdo a los Hermanos Bocos, Sánchez y Prado dándonos un ejemplo alegre y sencillo en el trabajo cotidiano. Vivían en un sacrificio ejemplar en los distintos ministerios que ellos tenían. Vivieron la virtud de la pobreza aceptando la realidad de nuestra vida llena de carencias en cuanto a lo material, viviendo el Evangelio en el amor y fidelidad al trabajo, buscando, como dice el Evangelio, “servir y no ser servidos”.

Pausa, silencio para interiorizar…
Oración final para todos los días

Dios todopoderoso y eterno, que concediste a Francisco Esteban y a sus compañeros Mártires la gracia de entregar su vida por Cristo mediante la oblación cruenta; ayúdanos en nuestra debilidad para que también nosotros, por su intercesión y siguiendo su ejemplo, nos mantengamos firmes en la fe  y sepamos dar la vida por los demás mediante “el martirio de la caridad”, según la consigna de San Eugenio de Mazenod; y de este modo podamos testimoniar ante el mundo quién es Jesucristo. Te lo pedimos, por la intercesión de nuestra Madre María Inmaculada, por Jesucristo nuestro Señor. 

 R/. Amén. 

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